Mi nombre es
Gema Gandarillas. Soy alumna de 4º curso de Psicología en la UNED. Durante mi
período de prácticas en el Centro de Rehabilitación Psicosocial “Universidad”
(CRPU) he podido observar cómo el Centro se adapta de forma adecuada a las
necesidades de las personas con Trastorno Límite de la Personalidad (TLP).
El TLP es un
trastorno complejo y heterogéneo caracterizado por un patrón de inestabilidad
afectiva e interpersonal; además de por dificultades en el control de impulsos.
Las principales necesidades de estas personas radican primordialmente en
gestionar y controlar sus emociones e impulsos, así como conocer sus estados
mentales y el de los demás, para desarrollar y mantener unas relaciones
interpersonales más funcionales, que les conduzca a contar con una red de apoyo
adecuada.
En el CRPU estas
necesidades son cubiertas a través de las psicoterapias individuales, los
talleres grupales y los grupos de familia. Se trata de una intervención
interdisciplinar, holística y biopsicosocial en la que se hace hincapié en la
integración social del usuario/a.
En el Centro se
imparten diversos talleres grupales por profesionales expertos desde un modelo
Cognitivo Analítico, donde la Mentalización y el Mindfulness juegan un papel
muy importante para los objetivos que se pretenden, entre los que cabe
destacar: proporcionar a los/as usuarios/as estrategias para hacer frente a sus
dificultades y que puedan interiorizar e integrar en su repertorio de
habilidades.
En el CRPU se
pretende la integración del individuo en la comunidad. Para ello, terapeuta y
usuario/a establecen un proyecto vital ajustado a las necesidades y
preferencias del individuo para lograr la mayor normalización posible de la
vida de éste. En todo este proceso, el usuario/a tiene un papel activo en el
establecimiento de objetivos y en la toma de decisiones.
A nivel grupal,
los/as usuarios/as del CRPU cuentan con un espacio donde compartir sus
vivencias y emociones, y donde son comprendidos y no juzgados. En el grupo
establecen unos vínculos de cohesión que fomentan su sociabilización.
Resumiendo, en el CRPU se trata a la persona con TLP
desde una visión global, abarcando todas las áreas de su vida (física,
psicológica y social) para que logre una estabilidad y calidad de vida
aceptable y lo más normalizada posible en su contexto comunitario.