Los resultados del PSOE en las
elecciones le hicieron decisivo. Mucha responsabilidad con poca capacidad de
maniobra. Tenía que decidir entre tres opciones, las tres desgraciadas y
angustiosas, las tres con pros y contras, y más contras que pros, y sería
responsable de la decisión que tendría que tomar. Esto volvió al PSOE, TLP por
un rato.
Podemos pensar en el PSOE como
con un alma divida, con miles de voces en su interior que tiran en direcciones
opuestas. Normalmente, la disciplina de voto, y el obedecer al comité federal,
suelen unificar. En una persona, podría ser la metáfora entre sus impulsos,
desordenados y en miles de direcciones diferentes, y su conciencia, la que
tiene que dar una identidad y continuidad, gestionando esto.
Las posibilidades no eran buenas.
Darle el gobierno a su peor enemigo, gobernar con su máximo competidor, o
volver a ir elecciones donde podría perder más de lo que ya ha perdido. “¿Cómo
pueden poner en alguien tanta responsabilidad? Si todas las decisiones son
malas, ¿Por qué elegir?, ¿Cuánta angustia genera esto?, ¿Por qué tiene que
soportar esta angustia?, ¿Por qué le hacen esto? No es justo…” Apuesto que son
frases que pasaron por la mente de las personas individuales que forman parte
del PSOE.
El no definirse les generaba más
tensión. Es decirle que en él está lo malo, dentro del PSOE. Por eso, toda la
agresividad que había, toda la agresividad que les encantaría que fuese
dirigida hacia los competidores o hacia los enemigos, acabó ejerciéndose contra
sí mismo. Suena a autolesión. Una autolesión impulsiva y visceral, con ansias
de extirpar “lo malo que hay en mí” y que “pase esta angustia”. Pero luego de
esta crisis, ¿Qué se solucionó? Las opciones y las dudas son las mismas.
“¡Pero mira qué imagen estamos
dando!”, claman algunas voces. “¡Debemos dar una imagen de unidad!”, dicen
otras. Ahora toca demostrar que están sanos. Si alguien les preguntan dirán que
todo bien, que el partido está unido y que están dispuestos a afrontar los
problemas. Actúan “Como si” todo estuviera bien. Debe ser muy duro que alguien
“no les crea” o que cuestionen que todavía no han tomado la decisión. No me
extrañaría que se enfadasen con quien insinuara esto.
Ojalá pasase algo externo, que
encarcelaran a todos los del PP, que otros tomaran decisiones, que cayera un
meteorito, algo que no tuvieran que asumir las consecuencias de las cosas que
tienen que decidir. No quieren ser los sometidos a Podemos, ni los que le dan
el gobierno a Rajoy, ni los que provoquen terceras elecciones… pero algo de
esto tienen que ser. Principalmente, porque es el no querer sufrir las
consecuencias lo que les ha metido en este lío, y si no cambian, se meterán
siempre en el mismo lío.
Nota:
Este texto tiene como objetivo ser una metáfora de los sentimientos internos en un evento de actualidad. Su objetivo es permitir la reflexión sobre los estados mentales, la sensación de difusión de identidad, la confrontación con la responsabilidad, la gestión de la impulsividad, etc. En ningún momento este texto pretende ser un análisis exhaustivo de la situación política.