El trastorno de personalidad en los medios de comunicación

En los últimos años se ha dado en los medios de comunicación una tendencia a abusar de la terminología psiquiátrica sin ninguna coherencia ni mucho respeto a la realidad, lo que ofende a las personas diagnosticadas de trastornos mentales. Esta situación crea una falsa imagen de los trastornos de personalidad e influye en la creciente estigmatización de los mismos.

Desde el CRPU creemos que este abuso es debido a la desmesurada búsqueda de audiencia a través del morbo y basándose en el sufrimiento ajeno, en contraposición a una visión más realista del tema. De esta manera se generan ideas hostiles generalizadas en la sociedad hacia este tipo de diagnósticos. “No semos peligrosos, ni vamos armados, ni tampoco somos tontos”, como se deja entrever en algunas series y películas actuales.



Por ejemplo, en la serie La que se avecina, uno de los personajes más populares, Amador, repite constantemente la frase “soy un vividor follador y borderline”. Borderline significa trastorno límite de personalidad en inglés, pero la audiencia de la serie malinterpreta ese concepto; así, haciendo una búsqueda en internet de las palabras repetidas por el personaje, se puede comprobar cómo los seguidores de la serie creen que borderline es sinónimo de “vividor follador”.

También en la serie Mentes criminales se hace constantemente referencia a los trastornos de personalidad como desencadenante de los asesinatos del episodio. De esta manera, la audiencia relaciona violencia con trastorno mental. “¿Tú sabes lo que es estar en la cama con tu marido viendo la tele, y que el personaje comenta un delito y la explicación sea que tiene trastorno límite de personalidad? Mi marido se va a pensar que estoy loca de verdad”.

El programa de documentales Crímenes imperfectos sigue la misma línea que Mentes criminales, y asocia trastornos de la personalidad con psicópatas, cuando una cosa no tiene nada que ver con la otra. Se centran en los casos raros con trastornos mentales, no en delincuencia común.

En los informativos de televisión y en la prensa en general, la representación de los trastornos de personalidad también es negativa. Aparecen con frecuencia ligados a sucesos violentos y delictivos, con errores de diagnóstico y sin llegar a investigar realmente para saber si la persona en cuestión sufría un trastorno mental.

MODIFICAR ESTEREOTIPOS
Creemos, por tanto, que esta presencia del término trastorno de personalidad en los medios produce un “efecto llamada” por el cual queda registrado en el subconsciente colectivo que todos los sucesos violentos son cometidos por personas con estos trastornos. Se continúan reforzando los estereotipos de peligrosidad, impredecibilidad o falta de control ante una carencia de información, pero precisamente son los medios de comunicación los que pueden contribuir a luchar por modificarlos.

La realidad es que las personas con trastorno límite de personalidad no son por definición ni violentas, ni payasos, ni motivo de miedo o burla. Las estadísticas demuestran que no hay correlación real entre los trastornos límites de personalidad y los delitos. Por ejemplo, según datos publicados en El Periódico por el catedrático de Psicología de la Universidad de Barcelona Antonio Andrés Pueyo, entre todos los delincuentes condenados por delitos violentos, solo un 5 % está afectado por un trastorno mental grave.

Otra investigación publicada en el periódico Law and Human Behavior demuestra que de los 429 delitos analizados y cometidos por personas con trastornos mentales graves, solo un 7,5 % se relaciona directamente con los síntomas del trastorno en sí. Así, los datos de este mismo trabajo indican que solo el 3 % de los crímenes estaban relacionados con los síntomas de la depresión mayor, el 4 % con los síntomas de la esquizofrenia y el 10 % con el trastorno bipolar.

En definitiva, pedimos ante todo respeto. Somos personas normales y corrientes como todas las demás, que tenemos un trastorno y no una enfermedad. Por eso, también pedimos más información por parte de los medios de comunicación para cambiar la imagen que la sociedad tiene de nosotros, esa imagen errónea de peligrosidad, y acabar con la estigmatización.

En esta línea, pedimos también que se aumente la presencia en los medios de comunicación de informaciones positivas, sobre personas con trastornos mentales que llevan una vida normalizada.

Desde aquí, invitamos a los medios de comunicación a visitar el CRPU para que conozcan de primera mano a sus usuarios, para que nos conozcan, para que sepan realmente cómo somos y eliminen los prejuicios asociados al trastorno límite de personalidad. Os esperamos.

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