por primera vez abrí los ojos angustiada
con deseo de escapar, y con miedo de ser odiada…
Aquel día no lo olvidaré, aquel día en que nos besamos.
Y entraste en mi alma
y abriste nuevas heridas
aprovechando que no te conocía
muy bien y que sólo escuché hablar de tus armas…
Cuando hablé de ti no me creían
y lloré y lloré de frustración
y fue aquello lo que más me hería…
Comencé a pedir perdón,
y perdón por como yo era o como estaba,
y perdón por como yo actuaba.
Me senté y me encogí
la gente miraba con temor
mis ojos de ira y de dolor
porque no lo conocían…
Y ahora te conozco,
tu cuerpo entero he recorrido
he besado tus heridas,
he buscado mil salidas
en las noches en que no dormía…
Supe que no era igual,
que tenía algo diferente
que me apartaba del resto de la gente…
Y aún sigues ahí, no me siento “normal”
ya no me reconozco
pero aprendí con el tiempo
con el tiempo te reconocí
y a veces te gane, otras perdí…
Pero yo sigo en mi lucha,
ahora soy yo la que habla y la que actúa.
Te entierro poco a poco aunque sé que ahí seguirás
pero ahora te veo venir
que me quieres hacer mal y hacer sufrir
a todos los que quiero, a todos los que estimo, pero no lo lograrás.
Porque ahora te conozco, porque ahora me conoces, porque grito y se me oye.
